Me encanta la Navidad por muchas razones. Me encantan las imágenes, los sonidos y los olores de la Navidad. Me encanta poner mi árbol de Navidad y los adornos, y espero con impaciencia las celebraciones que tradicionalmente tienen lugar en Navidad. Pero lo que más me gusta de la Navidad es recordar la gloriosa muestra del amor de Dios por su pueblo: el envío de su hijo Jesús.

Me encanta la paráfrasis de Juan 1:14 de El Mensaje:

‘El Verbo se hizo carne y sangre y se mudó al barrio. Vimos la gloria con nuestros propios ojos, la gloria única, tal como el Padre, tal el Hijo, generosa por dentro y por fuera, verdadera de principio a fin’.

En el transcurso de esta serie, atravesaremos un territorio familiar y prestaremos atención a las historias que hemos escuchado innumerables veces a lo largo de los años. Los cuatro escritores del Evangelio, como fotógrafos, asumirán cada uno un ángulo diferente en cuanto a la acción, encuadrar, acercar el lente y seleccionar qué partes de la narrativa del nacimiento transmiten mejor su mensaje. En conjunto, estas historias forman una de las narraciones esenciales de nuestra fe: la anticipación y la llegada del Verbo hecho carne. Esa «emoción de la esperanza» solo puede venir al esperar.

Nuestros Líderes Territoriales, los Coroneles Luz y Alex Nesterenko escribieron una carta pastoral a todos los Oficiales y Soldados de nuestra iglesia. En ella, establecen algunas prioridades de Misión y nos invitan a ser parte integral del proceso de cambio para el desarrollo de la vida espiritual y el crecimiento de la obra.

Nuestros Líderes Territoriales, los Coroneles Luz y Alex Nesterenko escribieron una carta pastoral a todos los Oficiales y Soldados de nuestra iglesia. En ella, establecen algunas prioridades de Misión y nos invitan a ser parte integral del proceso de cambio para el desarrollo de la vida espiritual y el crecimiento de la obra.

Cada creyente es un guerrero de oración, y aunque la frase «guerrero de oración» no se encuentra en las Escrituras, se considera un guerrero de oración todo cristiano que ora continuamente y con eficacia por otros. Ser un guerrero de oración es participar en la batalla espiritual y pelear la buena batalla de la fe con toda la armadura de Dios puesta y «orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu» (Efesios 6:10-18).

Entendiendo que en nuestras iglesias siempre han existido guerreros que sostienen la obra, hace algunos años, se hizo un llamado para mantener un grupo identificado de guerreros que por su obediencia a Dios y a un compromiso como guerreros se conviertan en fieles intercesores por las necesidades del Territorio. El llamado hoy a continuar orando en todo tiempo, para la salud de nuestra gente, por el crecimiento de nuestro Territorio y por la expansión del mensaje de Cristo alrededor del mundo..